¿Tienes problemas con la red Wi-Fi? ¿Se te corta frecuentemente? En este artículo te contamos algunos de los motivos más habituales y qué debes hacer para solucionarlos. Se posible que en tu caso ocurra algo de lo que vamos a mencionar, por lo que vas a poder resolverlo simplemente con seguir una serie de pasos y recomendaciones que vamos a darte. Con esto, podrás lograr que funcione más rápido o que la señal llegue más lejos y sin cortes.
Ten en cuenta que esto puede ocurrir incluso si tienes buenos dispositivos. Hay veces que el motivo va más allá del tipo de aparato que uses o del router. Conviene identificar cuál puede ser la causa y así encontrar la mejor solución posible. A veces, simplemente realizar algunos ajustes puede venir bien, en otros casos, puede que el problema sea algo más complejo y habrá que realizar un análisis exhaustivo, pero generalmente en entornos domésticos esto no será necesario.
Razones por las que el Wi-Fi se corta
El hecho de tener cada vez más dispositivos que se conectan por Wi-Fi, hace que sea más importante solucionar posibles problemas que puedan aparecer. Por ejemplo, podemos nombrar dispositivos de domótica que necesiten conexión, como pueden ser bombillas, enchufes inteligentes que tengas repartidos por la vivienda, relés Wi-Fi, sensores de movimiento o presencia, sensores de puertas, sensores de ventana e incluso detectores de humo entre otros muchos dispositivos. Cuantos más dispositivos tengamos conectados a la red Wi-Fi, más problemas podrían aparecer.
Mala ubicación del router
El primer motivo, uno de los más frecuentes, es tener mal ubicado el router. Puede que lo tengas en una zona aislada de donde realmente necesitas conexión. Tal vez haya paredes o grandes muros que puedan estar afectando a la señal inalámbrica. Eso, inevitablemente, puede provocar esos molestos cortes. Lo que debes hacer es ubicar el router en una zona central de la vivienda, desde donde pueda repartir mejor la señal. Evita que haya zonas muertas, como son las que mencionamos cerca de paredes o muros gruesos que no permitan pasar la señal correctamente. Además, poner el router en una ubicación elevada es interesante.
Un aspecto muy importante, es que no lo coloques nunca cerca de cristales o espejos, porque esto hará que la señal se atenúe muy rápidamente, y lógicamente no te llegará hasta el destino. En el caso de que tengas puertas con cristal, lo mejor es que siempre las tengas abiertas para que la señal no rebote, y, por tanto, no te llegue correctamente hasta el destino.
En todas las viviendas nuevas en España a partir del año 2013, tenemos un PAU (Punto de Acceso al Usuario) en la entrada de la vivienda, generalmente en el pasillo. En esta zona es donde tenemos las tomas de FTTH que llegan a nuestra casa desde el Riti de la comunidad de vecinos. Generalmente el instalador de FTTH dejará el router justamente en este PAU, haciendo que no tengamos buena cobertura por toda la vivienda porque se encuentra «encajonado», además, es muy probable que pongas un espejo e incluso un mueble para tapar todas las tapas blancas que tenemos en el PAU. Si te encuentras en este escenario, nuestra recomendación es que hagas lo siguiente para tener la mejor cobertura posible en casa:
- Conecta la ONT o el router en modo bridge a uno de los dos cables de red que va al salón.
- En el salón conectas el router neutro que es el que tendrá la conexión a Internet. Aquí conectas la otra toma de red del salón hacia el PAU a uno de los puertos LAN del router.
- En el PAU colocas un switch de varios puertos, para repartir la conexión por toda la casa.
Con esto, tendrás el router principal en el salón proporcionando una cobertura excelente, y todas las tomas de la casa tendrán conectividad con el router sin problemas.
En el caso de que tu operador te proporcione un router con ONT integrada y no puedas ponerlo en modo puente, entonces lo que podrías hacer es colocar un equipo a modo de punto de acceso WiFi en el salón, y allí donde quieras tener cobertura excelente. Por ejemplo, si compras un sistema Wi-Fi mesh ASUS ZenWiFi XD5 podrás conectarlos por cable y que ambos funcionen como APs, de esta forma, tendrás una red WiFi Mesh con roaming WiFi y también band-steering en la conexión. Otra opción es comprar un D-Link M15 que es un sistema WiFI Mesh muy barato, aunque te proporcionará un menor rendimiento inalámbrico, algo lógico teniendo en cuenta su diferencia de precio con el ASUS anterior. Por último, si tienes la posibilidad de comprar equipos de AVM, tanto sus routers como repetidores WiFi soportan Mesh para tener a nuestra disposición roaming WiFi y proporcionar la mejor experiencia de usuario posible.
Usas un receptor de mala calidad
También puede ocurrir que estés utilizando un receptor que no tenga buena calidad. Esto puede pasar si has comprado uno barato, sin mirar bien sus características. Podría ocurrir que no tenga buena velocidad, que la cobertura sea muy limitada o no tenga calidad adecuada para conectarte sin problemas. Nuestro consejo es que elijas un receptor Wi-Fi que tenga buenas valoraciones. Siempre puedes leer comentarios de otros usuarios en Internet y así informarte de cómo es realmente ese aparato que vas a utilizar.
No solamente es importante un buen router o repetidor WiFi, también es fundamental tener un buen receptor de señal en forma de tarjeta WiFi PCie o por USB, con el objetivo de que puedan conseguir la mejor señal inalámbrica posible. Normalmente los ordenadores portátiles integran tarjetas WiFi PCIe en su interior, las cuales tienen antenas internas con una recepción bastante limitada. Si te vas a conectar con este tipo de PC desde lugares muy alejados, nuestra recomendación es que compres un repetidor WiFi para tener mejor cobertura, o bien cambiar el adaptador WiFi por uno con antenas externas de alta ganancia, para que consigas la mejor señal posible.
En el caso de los dispositivos relacionados con la videovigilancia con cámaras IP o con la domótica, en estos casos no tenemos la opción de cambiar o mejorar la recepción de señal del dispositivo. En estos casos, lo que sí se puede hacer es lo siguiente para que no tengamos demasiados problemas:
- Proporcionar la mejor cobertura posible: dispositivos de domótica como sensores tienen poca recepción de señal, e incluso hay algunos que funcionan con baterías que solamente se conectan a la red Wi-Fi cuando van a transmitir datos. En estos casos, poner un repetidor WiFi o un AP dedicado para dar cobertura a estas zonas, es fundamental para el buen funcionamiento del dispositivo.
- Montar una red Mesh de varios dispositivos en modo AP repartidos por toda la vivienda, con el objetivo de que haya una cobertura sin fisuras.
- Elegir otra tecnología inalámbrica para tu domótica: otro aspecto destacable que debes valorar, es la posibilidad de elegir otra tecnología que no sea Wi-Fi para la conexión de los dispositivos de domótica. El Bluetooth en los últimos meses se está popularizando bastante, y es que es una tecnología ampliamente usada, con un buen rango de cobertura, y un bajo consumo de energía y recursos, perfecto para sensores que tengamos por nuestra casa. Aunque el Bluetooth es claramente más lento que el Wi-Fi, los dispositivos de domótica no necesitan transmitir mucha información, sino hacerlo rápido y sin pérdidas. Otra opción es usar ZigBee o Z-Wave, dos tecnologías que llevan muchos años con nosotros y que nos permitirá montar una red Mesh de comunicación de la domótica, aunque en ambos casos necesitamos un «hub» que se encargue de la comunicación entre los diferentes dispositivos. Por último, la nueva tecnología llamada Thread es el futuro de la comunicación en los dispositivos de domótica, pero ahora mismo no disponemos todavía de suficientes dispositivos ni tampoco mucho software.
Como podéis ver, hay varias opciones para mejorar la recepción de señal en los dispositivos de domótica, aunque no podamos cambiarles las antenas por motivos obvios.
Mala configuración
Otra razón es tener una mala configuración o no usar correctamente la conexión Wi-Fi. Algo común es conectarnos a la frecuencia de los 2,4 GHz o a la de los 5 GHz de forma errónea.
Si te conectas a la banda de 2.4GHz debes saber que tendrás una mayor cobertura WiFi, sin embargo, la velocidad será claramente inferior porque hay muchas interferencias y porque el ancho de banda es bastante bajo. Además, aunque tengas una mayor cobertura, es posible que tengas cortes esporádicos debido a que esta banda está muy saturada. Es algo que debes tener muy en cuenta antes de usarla.
Si te conectas a la banda de 5GHz debes saber que obtendrás la máxima velocidad posible, lo mismo que si tu equipo soporta la nueva banda de 6GHz. Estas bandas de frecuencias son perfectas para conseguir la máxima velocidad posible, no obstante, es posible que la cobertura allí donde te conectes sea tan baja que tengas cortes, por lo que debes valorar también que el alcance de estas bandas no es tan elevada como en la banda de 2.4GHz.
Tal vez estés conectándote a la de los 5 GHz desde un punto alejado del router. Los cortes del Wi-Fi pueden aparecer por eso. Prueba a conectarte a la de los 2,4 GHz, con la que tendrás mayor estabilidad, siempre y cuando no tengas interferencias con otras redes WiFi, lógicamente.
Problema con interferencias
¿Tienes cerca dispositivos que puedan estar generando interferencias? Por ejemplo, los que utilizan Bluetooth pueden suponer un problema. Al usar la frecuencia de los 2,4 GHz, eso podría afectar al Wi-Fi. También otros aparatos, como el microondas, al usar también esa misma frecuencia cuando está en funcionamiento. Lo ideal es que alejes el router, y los dispositivos que vayas a conectar, de cualquier posible interferencia. Cuanto más lo alejes de estos aparatos que pueden ser un problema, mejor. No pongas el router cerca de la televisión, por ejemplo.
Si tu router tiene la banda de 5GHz disponible, o bien es WiFi 6E y tienes la nueva banda de 6GHz, lo mejor que puedes hacer es conectarte a cualquiera de estas bandas para no tener problemas de interferencias. Lo único que debes tener en cuenta, es que estas dos bandas de frecuencias tienen menos alcance que la banda de 2.4GHz, por lo que debes valorarlo.
Intrusos
Aunque realmente no es el motivo más habitual, no debes descartar este problema. Especialmente, debes tenerlo en cuenta si no has tomado medidas de seguridad para prevenir que entren en tu red inalámbrica. Esto podría provocar que la conexión funcione lenta, que tenga cortes y que incluso no puedas conectar ciertos aparatos. ¿Qué puedes hacer para evitar que ocurra? Lo mejor es contar siempre con una contraseña fuerte y compleja. Utiliza letras (tanto mayúsculas como minúsculas), números y otros símbolos especiales. Siempre debes evitar utilizar tu nombre o cualquier fecha que pueda relacionarte.
También debes desactivar siempre el protocolo WPS (Wi-Fi Protected Setup), para no tener ningún tipo de problema si alguien intenta vulnerar el equipo a través de esto. Una vez desactivado, nuestra recomendación es que cambies la contraseña WPA que hayas configurado previamente, porque con un WPS vulnerable se puede obtener la contraseña WPA de manera muy sencilla.
En cuanto a los protocolos de seguridad, usa WPA3-Personal que es el último disponible, no obstante, no todos los clientes WiFi lo soportan, por lo que tu mejor opción sería utilizar WPA2/WPA3-Personal, o directamente usar WPA2-Personal de siempre. Lamentablemente, los dispositivos antiguos no soportan el nuevo protocolo de seguridad, y posiblemente nunca lo hagan, por lo que tendremos que seguir conviviendo con el protocolo WPA2 que todos conocemos.
Demasiado calor
Uno de los motivos por los que se puede cortar una conexión Wi-Fi, es debido a las altas temperaturas de funcionamiento del router WiFi o repetidor en nuestro hogar. Los routers deben tener una refrigeración óptima para no tener ningún tipo de problema por altas temperaturas, sin embargo, si nuestro router se coloca de forma horizontal y decidimos poner libros encima del equipo, o bien algún que otro objeto, es posible que la refrigeración no sea del todo buena, por lo que la temperatura interna del router aumentará y podríamos encontrarnos con muchos problemas.
Uno de los síntomas de que nuestro router está demasiado caliente, es que hay cortes en la conexión a Internet, pero también se puede cortar la conexión Wi-Fi. Por lo tanto, la única forma de evitarlo es ponerlo en un sitio donde esté bien ventilado, alejarlo de las ventanas con luz directa del sol porque es otra costumbre bastante extendida. Aunque los routers están preparados para soportar temperaturas de hasta 70ºC e incluso más (dependiendo del diseño del equipo), cuánta menos temperatura tengan mucho mejor, tanto para el rendimiento como también para la durabilidad.
Por ejemplo, muchos routers de ASUS en verano pueden alcanzar hasta 90ºC de temperatura en la CPU principal, y también en los procesadores de las bandas WiFi, esto puede provocar perfectamente cortes y problemas. En estos casos tan extremos, sería muy recomendable conectar un pequeño ventilador en la parte trasera del equipo para añadir una refrigeración activa. Por ejemplo, ASUS en modelos como el RT-AX89X dispone de un pequeño ventilador que puede funcionar a diferentes velocidades.
Como ves, estos son los principales motivos por los cuales puede cortarse la conexión Wi-Fi. Tienes opciones para intentar solucionar el problema y poder navegar con normalidad por la red. El objetivo es tener una buena velocidad, calidad y que no aparezcan esos temidos cortes.